Capítulo 7

Este capítulo o esta parte de relato quizá debería publicarse más adelante. Sin embargo, he considerado oportuno, antes de explicar hasta dónde llegué como manager y empresario después de mi retirada como piloto, hablar de tres personas por las que siento un inmenso respeto y admiración por lo que han sido y lo que son en el mundo del motociclismo.
Aunque uno de ellos ya no está con nosotros, el 12+1 Ángel Nieto, al que llevamos todos dentro de nuestros corazones, empezaré refiriéndome a Carmelo Ezpeleta. Lo primero que voy a decir de él es que, para ser el líder, consejero delegado o como queráis llamarlo -yo prefiero llamarle gestor ejemplar de un deporte como es el motociclismo-, lo primero que hay que ser es persona. Y os aseguro que, a mí, particularmente, Carmelo me lo ha demostrado. Quizá su imagen parece seria y disciplinada, pero considero que así debe de ser en un hombre que dirige un deporte donde jóvenes pilotos se juegan la vida cada vez que salen a pista.

El trato personal de Carmelo conmigo, aunque confieso que en algunos momentos de mi vida no me he comportado correctamente con él, siempre ha sido y sigue siendo el de todo un caballero. Pese a que llevo años fuera del Campeonato del Mundo, puedo decir que es de las personas que me atiende al teléfono a la máxima brevedad cuando intento ponerme en contacto con él.
En los mejores momentos de mi trayectoria como manager llegué a tal nivel que había quien decía que algún día yo llegaría a sustituirle en su cargo, pero puedo asegurar que para nada fue nunca esa mi intención. Ahora voy a contar una anécdota que no conoce el propio Ezpeleta.
No recuerdo exactamente si fue en el año 2006 o 2007 una importante empresa española que me vais a permitir no nombrar me propuso viajar a Inglaterra para hablar con un fondo de inversión que pretendía hacerse con la gestión del Campeonato del Mundo.

Querían proponerme que yo fuera el principal responsable gestor, pero mi respuesta fue tajante, no me interesaba porque yo no sentía que fuera ningún gestor. Mi profesión era la de manager de equipos y pilotos, lo cual era mi pasión y, evidentemente, yo no estaba preparado ni era para nada mi voluntad ocupar el puesto de alguien que para mí es el mejor gestor que puede haber tenido este deporte.
Entiendo, conociéndolo un poco, que tendrá previsto traspasar su legado en el debido momento. Como consejero delegado que es, imagino se rodea de un gran equipo humano, pero estoy seguro de que su figura perdurará más allá del día en que se retire, que espero sea tarde. Pasan los años y todavía demuestra detalles de gran humanidad, de esos que sólo tiene quien verdaderamente es una gran persona. En el pasado Gran Premio de Cataluña, al terminar la carrera, fue a consolar a Aleix Espargaró en un gesto tan bonito que sólo puede venir de alguien que es amante de este deporte y profesa sumo respecto a los pilotos, el gesto quedó reflejado así en las cámaras de Dazn. Aquello fue realmente bonito, Carmelo.

No puedo ocultar que siempre sentí una especie de envidia sana en que confiara y delegara más proyectos en Alberto Puig que en mí mismo, si bien es cierto que yo no llegué como piloto adonde llegó Alberto. Estoy seguro de que solo aquel desafortunado accidente en el circuito de Le Mans durante el Gran Premio de Francia de 1995 le apartó de ser Campeón del Mundo de 500. Estoy seguro de ello.
Termino este comentario sobre Carmelo agradeciendo todo lo que ha hecho, hace y espero sigua haciendo tanto por los mundiales de MotoGP, SBK y demás competiciones que gestiones Dorna Sports.
Ahora quisiera hablar del inolvidable 12+1, Ángel Nieto. He querido titular así mis memorias como reconocimiento a su figura y también por otro motivo más que desvelaré más adelante. Tengo que agradecerle que en un momento de nuestra relación me cediera la responsabilidad de gestionar el Team Vía Digital con el que fuimos campeones del mundo de 125 en 1999 con Emilio Alzamora pilotando la Honda con el dorsal 7.

He escrito precisamente “fuimos” porque realmente aquel equipo de Matteoni con los mecánicos de Gelete, quien tuvo mucho que ver en aquel título de Emilio, Ángel y yo nos comportamos durante toda la temporada como una autentica piña.
Antes de desarrollar esta temporada aclaro que mi relación con Ángel comenzó cuando yo me iniciaba en el Campeonato del Mundo y él estaba a punto de retirarse. Luego se convirtió en el director general de los equipos Ducados y nuestra relación continuó en mi etapa de 500. Ángel siempre estaba dispuesto a hablar conmigo al igual que con cualquier otra persona. Ángel tenía su carácter, pero sin duda era un hombre de gran nobleza.

Nuestra relación se inició de una forma más profunda cuando yo, como manager de Emilio, acabábamos de finalizar una no muy buena temporada de 250 por culpa de una complicada lesión de escafoides. Ángel me llamó para proponerme fichar a Emilio y montar un equipo con Aprilia en 125, con Aldrovandi como técnico y Gelete como compañero de equipo. Llegamos a un acuerdo con rapidez, el año fue difícil porque aquellas Aprilia no acababan de ir bien. Emilio no se sentía cómodo y yo ya vi que iba a ser difícil. Conozco bien a Emilio y sus características como piloto. Teníamos un motor de válvula rotativa y algunos problemas técnicos, pero creo que su mayor virtud era que se trataba seguramente del mejor frenador, y por tanto precisaba un motor con más bajos.

Así, después de una temporada regular yo no iba en principio a todas las carreras, sólo hasta mitad del año, pero le seguí hasta el final. Fue entonces cuando Ángel me preguntó que creía debíamos hacer para la siguiente temporada. Mi respuesta fue radical. En un momento le hice un croquis de cómo creía que debía ser el equipo. Había que ir con motos con kit de Honda, contratar a Matteoni, el técnico de Emilio que le había llevado a la tercera posición del Mundial en su primer año juntos. Era un fuera de serie con los motores, difícil de carácter, pero yo siempre me llevé bien con él. Nos respetábamos mucho profesionalmente y siento un gran cariño por él que me consta es recíproco.

Así pues, se organizó el equipo quedando muy claro que yo llevaba la dirección del mismo. Aquel año Ángel y yo nos conocimos muy bien compartiendo habitación y muchas horas de conversación. De él destacaría muchas cosas, pero algo que para mí resultó muy importante fue su instinto de protección con los suyos. Aprendí muchas cosas interesantes de él que recuerdo con cariño. Un día, estando en Nürburgring, me propuso dar una vuelta en coche por el antiguo trazado y me impresionó como iba conduciendo a la vez que me cantaba hacia donde iban las curvas y eso que era un trazado larguísimo. Dicho esto, debo añadir que en 1999 en el Team Vía Digital hicimos un gran trabajo y Emilio luchó el campeonato, punto a punto para ganarlo.
No puedo olvidar un detalle muy importante que fue la rapidísima reacción que Ángel tuvo cuando en Australia cuando Emilio se cayó. Aún no había cogido la moto para seguir cuando Ángel me indicaba ya que comunicase a Gelete que esperase a Emilio. Reconozco que al principio me sorprendió, pero luego entendí por qué él ganó sus 12+1 títulos, ya que tenía una intuición ganadora fuera de lo normal. Gracias a aquella decisión Emilio fue remontando y Gelete con una actitud asombrosa de compañerismo le cedió la 15ª posición que la postre fue el punto que nos hizo campeones del mundo con el Team Vía Digital.

Aquella fue una de las mayores alegrías de mi vida. Estuvimos juntos dos años más, aunque en mi posición de manager personal de Emilio y él como responsable del equipo tuvimos algunas diferencias, pero siempre manteniendo el respeto. Fue algo que con los años entendí y es que siempre quiso formar a sus hijos y su sobrino Fonsi de la mejor manera posible. Prueba de ello es que actualmente los tres desempeñan importantes labores de gestión en grandes equipos. En el caso de Pablo y Gelete son hombres de confianza del que para mí ha sido el mejor deportista del motor por todo lo que ha construido, Valentino Rossi.

Bueno, reconozco que tenía ilusión por llegar a este punto de la publicación de mis memorias, ya que para mí Valentino ha sido un referente del que aprender y, sobre todo, de cómo debe ser un deportista en cualquier disciplina. Muchas veces he comentado con mi entorno que me gustaría un día tener una conversación con Guardiola, otro gran profesional al que también admiro muchísimo pero hoy reconozco que, antes que con Pep, preferiría mantener una charla con Valentino. Años después la actualidad acompañada de Abelardo de la Rosa, uno de los fans más incondicionales del genio italiano con el que siempre ha tenido muestras de cariño.

Precisamente junto a Abelardo me dispongo a comenzar una nueva y bonita andadura dentro de las competiciones de motociclismo poniendo en marcha diferentes proyectos, entre los que figura hacernos cargo de la representación de la joven piloto Alejandra Fernández, procurando que tenga la mejor preparación para llegar tan lejos como sea posible.

Está claro que el modelo a seguir será el de Valentino. En cuanto a su enseñanza, seguramente ella posiblemente tendrá por su edad otros referentes, pero tengo claro que la figura de Valentino y su organización deben ser ejemplo de nuestros proyectos futuros que en este mismo espacio iremos desvelando.

Mi admiración por Valentino viene de tiempo atrás. Cuando trabajé con Alzamora, me sorprendía que el piloto que más horas le dedicaba a estar en el box con la telemetría siempre fuera Valentino, que también era el último en salir del circuito.

Años después supe más cosas de él, ya que su manager también lo era de Héctor Barberá cuando yo dirigía el Team Fortuna-Lotus. Nos reuníamos a menudo y su manager me contaba más cosas sobre Valentino.

Curiosidades de la vida, tiempo más tarde compartimos box cuando yo llevaba a Jorge Lorenzo en el equipo de fábrica de Yamaha. Con mucha astucia, Valentino ordenó poner una separación en el box, algo que muchos recordarán. Estaba claro que Jorge iba a ser un rival peligroso. Esta situación me permitió tenerlo cerca y observarlo mucho. Recuerdo que en todas las salidas a pista de Jorge yo me dirigía al box de al lado observando cómo se comportaba con sus técnicos y gente más allá de que también lo hacía por si de alguna forma le tensionaba mi presencia de que le observara. Yo sólo lo hacía porque quería sacar la máxima información de cómo era tanto dentro como fuera del box.

Los pilotos y los deportistas en general tienen en cuenta la importancia del patrocinador y de la imagen que proyectan. Valentino resulta sobresaliente en ese apartado. Es muy difícil encontrar algún gesto o imagen de su cara en el box trabajando cuando lo enfocaba la cámara en que no sonría o salude por mucho que las cosas no estén yendo bien. Lo cuidadoso y simpático que era al salir del box con sus fans es digno de resaltar. Más allá del tiempo que les dedicaba, era con los gestos de naturalidad que lo hacía y eso, por mucho que queramos, o lo llevamos dentro o es imposible lograr semejante legión de seguidores. Incluso he oído llamar a este efecto el “Universo Valentino”.

Fidelizar a sus seguidores es un efecto que los líderes mundiales saben manipular, pero, en el caso de Valentino, es algo que logra de forma natural. Solo hay que observar cómo sus equipos vivían sus carreras y compararlos con los de cualquier otro piloto.
Es imposible lograr esa lealtad si no tienes algo especial y yo resumiría todo lo dicho en unas palabras. El secreto está en “gestos” que desprenden bondad y humanidad. Es evidente que si a todo esto no lo acompañara su ambición, habilidad y capacidad de lucha no hubiera conseguido todo lo que ha logrado.

Bueno termino aclarando que, aunque me consta se ha sabido rodear de grandes profesionales -a algunos los conozco más y a otros menos-, Valentino tiene en su organización a Pablo y Gelete Nieto, que más allá de los grandes profesionales que son, Valentino ha querido tenerlos con él entiendo que también por la estima que sentía por Ángel.

Después de esta publicación, que podría ser más larga y detallada, ahora entenderéis algunos y en especial los alumnos que he tenido el “porqué” pongo en ocasiones el ejemplo de Valentino, ya que, en el futuro, tanto Abelardo, quien mantiene una bonita relación con Valentino, como yo vamos a tener muy presente la figura de Valentino en los proyectos que deseamos poner en marcha. Ojalá Alejandra pueda mostrar la alegría y buen carácter que sabemos que tiene y nos dé muchas alegrías, como ha hecho Valentino.

Esta foto muestra el claro ejemplo de las masas que arrastra Valentino!!

Cariñosa imagen de simpatía entre Valentino y Abelardo…

Valentino con padre e hijo De La Rosa los cuales sienten verdadera estimación por él, uniformados con sus colores!!

Valentino con padre e hijo De La Rosa los cuales sienten verdadera estimación por él, uniformados con sus colores!!

Imagen de mi primera carrera con Alejandra a la cual vamos a intentar inculcarle las virtudes de los mejores pilotos y lógicamente Valentino será uno de ellos…

Imagen de mi primera carrera con Alejandra a la cual vamos a intentar inculcarle las virtudes de los mejores pilotos y lógicamente Valentino será uno de ellos…

Esta foto simboliza el final de un éxito Campeones del Mundo el cual fue muy trabajado y el abrazo más sentido que he recibido de una persona para mi tan importante como fue Ángel Nieto!!

Esta foto simboliza el final de un éxito Campeones del Mundo el cual fue muy trabajado y el abrazo más sentido que he recibido de una persona para mi tan importante como fue Ángel Nieto!!

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